Curiosidades

| lunes, 17 de noviembre de 2008

SUPERDOTADOS Y VAGOS


Recientemente una amiga que trabaja con niños superdotados vino a visitarme. Comenzó a hablarnos sobre los niños con los que trabajaba pero pronto la conversación derivó hacia sí misma. Se quejaba de la falta de organización de su jefe. Ella es muy ordenada y organizada, planifica sus días al detalle y tiene un sitio para cada cosa. Ella dice que él es un vago y a menudo parece “estar en las nubes”. Esto encendió una luz en mi mente y me ha empujado a compartir algunas observaciones de mi propia experiencia y de mis trabajos con adolescentes y adultos superdotados.
Yo he sido siempre vaga. Durante toda mi vida he oído a mi madre contando historias de cómo perdía mis chaquetas, saltadores, mochilas, etc, cuando era joven. Mi marido se lamenta que “para alguien tan inteligente ¿por qué hay que decirme las cosas varias veces?”. En un curso reciente escuché al profesor repetidamente explicar al grupo la tarea asignada, para acto seguido unirme al grupo y preguntarles ¿qué es lo que quería que hiciésemos?. Yo llevo un paraguas sin usar en mi bolso de mano y puedes verme mojándome cuando camino, ¿por qué?, porque sé que si lo utilizo lo perderé. Yo pensaba que lo superaría pero tengo cerca de 60 años y eso aún no ha ocurrido.
Si ustedes son padres o profesores de un niño superdotado ¿no les suena familiar?. ¿Están frustrados tras comprobar que un niño extremadamente inteligente tiene problemas con las cosas prácticas de la vida y que a menudo parece estar en otra parte?.¿Está usted sorprendido de cómo avanzan estos niños?
Parece que la vagancia está asociada con la inteligencia extremadamente alta y con la personalidad de tipo introvertido. Para las personas que actúen de forma introvertida, el mundo en el interior de su cabeza es, a menudo, más interesante que el mundo exterior. Esto es particularmente así en los que poseen una inteligencia muy elevada.
La complejidad de pensamiento asociada a la inteligencia extremadamente alta significa que si se me ocurre una idea o si se me presenta un problema, le daré vueltas en mi cabeza, haciendo conexiones, tratando de imaginarlo. A menudo este proceso ocurre de forma inconsciente y yo no me entero de ello. No es hasta que la respuesta salta hacia fuera que comprendo la parte de mí que ha estado internamente trabajando en ello.
Por supuesto, si lo que se me muestra desde el mundo exterior no es estimulante y por lo tanto aburrido, me retraeré, de nuevo inconscientemente, al interior de mi cabeza y organizaré mis propios desafíos intelectuales. También estoy inclinada a concentrarme o esforzarme sólo en lo que yo decido que es importante. Y lo que creo en mi mente es siempre interesante e importante para mí.
La introversión se relaciona directamente con la inteligencia, así que, cuando se incrementa el nivel intelectual, ocurrirá que tendrá una personalidad de tipo introvertido. Los introvertidos comprenden el mundo y lo que ocurre en él a través de sí mismos y de su propia experiencia.
Esto es más bien como tener un enorme entramado tridimensional en el que están yo y mis relaciones con el mundo exterior en mi mente. Cada experiencia en el mundo exterior se toma y compara y contrasta con lo que sé ahora y con la experiencia que tengo. Si los nuevos conocimientos tienen un encaje lógico y lleno de sentido en mi entramado teórico yo los ajustaré a él. Si no, yo le doy vueltas en mi mente junto a mi entramado. Esta vía de actuación requiere retirarme del mundo a mi interior mientras dure el proceso. Mientras el proceso está ocurriendo simplemente no tomo información adicional del mundo exterior. Por eso parezco vago y “fuera de onda” durante un periodo de tiempo.
Por supuesto, esta conducta es frustrante para la gente que tiene que interactuar conmigo. Así, ¿qué pueden hacer los padres o profesores sobre esto?. Lo primero es comprender que nosotros no cambiaremos. He sido vaga toda mi vida y todavía lo soy. A pesar de esto no he parado de trabajar productivamente durante 40 años, completando muchos cursos de estudio y montando mi propio negocio. Es absurdo decirnos: madurad, intentémoslo juntos o ejercitemos más autocontrol. Si pudiésemos, lo haríamos.
Cuando quiera nuestra atención, tóquenos sobre el hombro y asegúrese que nuestros ojos contacten con usted antes de hablarnos. De esta manera nosotros realmente escucharemos lo que tenga que decirnos y no oiremos sólo los sonidos. Enséñenos habilidades de organización y hábitos a muy temprana edad. Después, todos nosotros tenemos la capacidad intelectual de utilizar esto. Un ejemplo, yo me he acostumbrado a poner siempre las llaves del coche, las gafas de sol y el monedero en el mismo lugar de la casa para evitar volverme y volver a todos los de la casa, locos buscándolos. De la misma forma, planifico cada noche el día siguiente para asegurarme que tengo todo lo necesario y minimizar los olvidos. Estas conductas son hábitos para mí y las ejecuto sin pensar.
Debemos aprender sobre las consecuencias de nuestras acciones. Esto significa que adultos responsables marquen el conjunto de límites de nuestras vidas, permitiéndonos tomar decisiones a temprana edad. No nos proteja de las consecuencias de nuestra vagancia. Si olvidamos recoger algo, no lo haga por nosotros, si nosotros vamos a clase sin algo, no nos lo traiga (esto incluye el almuerzo). Cuando las consecuencias de una decisión tienen un impacto negativo en mí, aprendo muy rápido a hacer algo diferente la próxima vez. A pesar de nuestra vagancia, somos muy inteligentes y nos lleva poco tiempo aprender que somos responsables de nosotros mismos.
Sobre todo, entender que la vagancia es normalmente un proceso inconsciente y que nosotros no nos salimos de la norma para volverte loco. Si es importante para ti que hagamos (o no) algo dínoslo. Normalmente somos sensibles y cuidamos a la gente que queremos agradar.

LESLEY SWORD

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