Disléxicos y la escuela

| domingo, 16 de noviembre de 2008

Los incomprendidos de la escuela

Hiperactivos, disléxicos, discapacitados, superdotados...Muchos no conseguirán aprobar el curso que ahora termina. Para ellos, ir al colegio puede ser un suplicio

La UCV abre un servicio de ayuda gratis a padres de niños disléxicos

Para participar en las sesiones, que son gratuitas, se requiere cita previa en Logopedia de la Clínica UniversitariaAna Rosa Sánchez 24 MAYO 2008 (Semanal
Mujer Hoy)

El sistema educativo español no atraviesa su mejor momento: el 29,6% de los alumnos no llega a lograr el título de graduado en ESO, el más básico posible, y el último informe PISA nos “suspende” en comprensión lectora y matemáticas. Además, si a un profesor ya le cuesta trabajar en una clase con 25 alumnos, imaginemos la situación cuando el aula cuenta con un un niño que se aburre de estudiar materias que tiene superadas desde la primera explicación y a otro cuya hiperactividad le impide mantener la atención. Carmen Guaita, secretaria de comunicación del sindicato de profesores ANPE, resume el problema: “En la escuela se desenvuelve muy bien lo mediano, pero a lo excepcional le cuesta más trabajo. Es imprescindible la atención a la diversidad, pero a la hora de la verdad es difícil: tenemos muchos alumnos, escaso apoyo y pocos recursos humanos. Un centro educativo puede funcionar bien con un logopeda, pero otro quizá necesita a tres”. Visto desde fuera, por ejemplo, podemos pensar que un niño superdotado no tendrá ningún problema escolar.

La realidad es bien distinta: el 70% de estos alumnos tiene un bajo rendimiento y un 50% fracasa en los estudios. Muy lejos del tópico del empollón, en muchos casos son niños que inhiben sus capacidades e incluso suspenden a propósito para no destacar. “Su edad física no se corresponde con la cerebral –afirma María Hernández y Tomás, psicóloga psicoterapeuta– y esto puede ocasionarles muchos conflictos psicológicos”. Un 3% de la población española es superdotada (es decir, tiene un cociente intelectual superior a 130).

Esto significa que en cada ciclo de un centro educativo habrá varios casos, que necesitarán un sistema específico. “La educación debe atender a sus necesidades, sin integrarlos ni segregarlos –afirma la psicóloga –. Debe incentivarles a desarrollar el enorme potencial que tienen, de forma que sean felices aprendiendo, lejos del aburrimiento y del deseo de inhibir su alta capacidad”. En opinión de Carmen Guaita, el sistema educativo abandona a los alumnos excelentes. “Si hay recursos, se destinan a los que tienen problemas. Estos chicos tienen que encontrar fuera lo que la escuela no les da”. María Hernández aconseja a los padres buscar un colegio que acepte la superdotación de su hijo e intervenga de forma positiva en su desarrollo y, después, consultar con una asociación para adquirir pautas sobre cómo tratarle y para que él pueda desarrollar actividades con niños de parecidas características.

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD Por desgracia, hay niños que padecen el problema contrario: sufren una discapacidad. Y es necesario atender a sus necesidades, que son diferentes en cada caso. Así, los menores que padecen trastorno general del desarrollo tienen dificultades en las áreas lógica y lingüística y precisan métodos que produzcan una activación neuronal de ambas áreas; el síndrome de Down interfiere sobre todo en las inteligencias lógica, lingüística y matemática, así que ellos necesitan una organización pormenorizada de conocimientos y una mayor repetición de pautas; los que sufren retraso psicomotor requieren un método que incentive el desarrollo de su capacidad abstracta... Es importante que los padres opten por centros en los que se tenga en cuenta el cociente intelectual del niño, las características de su enfermedad y el desarrollo real de sus capacidades. Y, en cualquier caso, el diagnóstico previo es fundamental para lograr una buena atención al menor. Menos graves, pero mucho más frecuentes, son las dificultades lectoescritoras. La dislexia y la disgrafía son las más habituales: afectan a un 15% de los niños.

Los disléxicos tienen problemas para leer y escribir. Invierten letras (la b por la d la p por la q), confunden sílabas parecidas y pueden tener asociados problemas auditivos y visuales. La disgrafía, en cambio, se manifiesta por una escritura defectuosa e ininteligible, motivada por problemas motrices o espaciales. “Estos alumnos precisan métodos que les permitan desarrollar su inteligencia lingüística y es preciso reforzarles en también la abstracta”, afirma la psicóloga. Por último, un diagnóstico que los padres escuchan cada vez más es el de hiperactividad. El 5% de los menores sufre esta afección, aunque no todos están diagnosticados y, en muchos casos, la valoración llega cuando ya han fracasado en la escuela. Los afectados por el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDHA) nacen con una lesión neural que implica un movimiento e impulsividad constante al que se une la incapacidad para concentrarse, para medir consecuencias y para controlar su conducta. El trastorno de déficit de atención, por su parte, es una dificultad para captar y ordenar información. Los niños deben lograr un desarrollo más armónico de la capacidad abstracta para que atiendan mejor. Necesitan que el ritmo de trabajo se adapte a ellos.
MH Semanal MUJER HOY nº 476, Del 24 al 30 de mayo de 2008

La Universidad Católica de Valencia abre un servicio de ayuda gratis a padres de niños disléxicos

VALENCIA, 23 May. (EUROPA PRESS)
La Clínica Universitaria de la Universidad Católica de Valencia 'San Vicente Mártir' (UCV) ha impulsado, por primera vez, un servicio de asesoramiento y de ayuda a familias de niños disléxicos con el fin de orientarles para superar o prevenir posibles dificultades en el aprendizaje escolar, según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado. El servicio, que comenzará a funcionar el próximo 30 de mayo, se ofrecerá a través de reuniones mensuales con padres cuyos hijos sufren dislexia para "proporcionarles información y apoyo técnico", según la UCV. El responsable de la sección de Logopedia de la Clínica Universitaria, José Francisco Cervera, explicó que la función de los padres es "fundamental en los aspectos emocionales del problema, pero también puede ser definitiva al moldear la forma de estudio y conseguir que las lagunas en conocimientos no hagan que la dificultad escolar de sus hijos sea imposible de resolver". En la actualidad, "la dislexia afecta a un importante número de escolares y, aproximadamente, el 4 por ciento de la población sufre esta dificultad específica para aprender el lenguaje escrito". La dificultad de aprendizaje "se manifiesta desde los primeros cursos de escolarización y, en ocasiones, la padecen varios miembros de la familia, generación tras generación", indicó Cervera, que añadió que la medida "más importante" para prevenir la dislexia es "atender las dificultades del lenguaje oral en la edad preescolar desde una perspectiva psicolingüística". Aunque los síntomas empiezan a detectarse en niños desde los cuatro años, "no se diagnostica hasta los ocho", ya que los criterios internacionales para su diagnóstico exigen un retraso "muy significativo en las habilidades de lectura cuando se considera que el proceso básico de aprendizaje ya ha concluido". No obstante, Cervera, que es también vicedecano de Logopedia de la UCV, destacó que "no todos los retrasos en el aprendizaje de la lectura y escritura responden a un problema de dislexia, ya que pueden darse otros condicionantes intelectuales, pedagógicos, sociales o emocionales que los motiven". La característica que define a los niños disléxicos es "la dificultad para automatizar el código escrito" o la falta de habilidad para "reconocer rápidamente las palabras habituales en un solo golpe de vista, que permite alcanzar niveles notables de velocidad y precisión al leer, incluso si el significado no es del todo accesible a nuestros conocimientos", explicó. Las manifestaciones principales de este problema afectan a la velocidad y precisión al leer, a la escritura y a la ortografía, y también, a la comprensión de lo que se lee. Ello puede conllevar un problema de desmoralización en el niño que "suele provocar el rechazo a lo escolar, frustración, apatía o agresividad", según el experto. La respuesta social al problema debe implicar a tres agentes: los especialistas que afrontan el problema específico de aprendizaje; los psicopedagogos, "que deben conseguir que el medio escolar comprenda la dificultad y trate de proporcionar un apoyo técnico y social"; y las familias, "que pueden contribuir a impedir el retraso en los conocimientos y proporcionar un apoyo emocional imprescindible", según aseguró. Para participar en las sesiones de la Clínica Universitaria, que son gratuitas, se requiere cita previa en la sección de Logopedia de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Salud de la UCV, en la calle Jesús 10, de Valencia. Asimismo, la Clínica ha habilitado para obtener más información y canalizar dudas una web específica.
EUROPA PRESS


Un experto advierte de que el fracaso escolar puede ser un síntoma de hiperactividad

VALENCIA 14.06.08 - L. V. (LA VERDAD)
El Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (Invanep) atiende unos 200 niños nuevos al año con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), una patología que afecta a uno de cada 25 niños de entre 6 y 14 años en la Comunidad. Es el trastorno del neurodesarrollo mas frecuente en la práctica diaria y tiene una base neurobiológica y genética en la mayoría de los casos.El TDAH se caracteriza por un patrón persistente de desatención, hiperactividad o impulsividad más frecuente y grave de lo normal. Según explica el director del Invanep, el doctor Fernando Mulas, del total de niños remitidos al año con esta sospecha, en un 80% de los casos se confirma que sufren TDAH.Mulas destaca además que es precisamente al final y al inicio del curso escolar cuando más demanda de estudios neurológicos reciben en la consulta. «Los padres acuden al especialista debido al mal rendimiento o al fracaso escolar experimentado por sus hijos».Para Mulas, «el fracaso escolar es un síntoma muy significativo en la hiperactividad», ya que «el 70% de los niños con este trastorno tienen un mal rendimiento en el colegio». El doctor destaca que la mitad de las consultas que reciben a finales y principios del curso escolar corresponden a niños en los que predomina el déficit de atención. «Son niños que no presentan conflictos en su conducta, pero sí problemas académicos», explica Mulas. «Son más pasivos, su relación social es limitada, se distraen muy fácilmente, parecen no escuchar y con frecuencia evitan el esfuerzo mental sostenido, se suelen etiquetar generalmente como vagos», añade el doctor. «Los padres deben saber que si su hijo ha tenido muy mal rendimiento en el colegio, puede sufrir este trastorno de la atención, sin que necesariamente sea un niño conflictivo», explica.Los colegios deben derivar al niño al pediatra y de allí pasar al neuropediatra, que le recetará un tratamiento y una terapia psicopedagógica individualizada.
LA VERDAD


http://educarc.blogcindario.com/2008/05/02103-los-incomprendidos-de-la-escuela.html

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