EIinstein nunca memorizó, aprendió jugando

| viernes, 29 de abril de 2011

La importancia del juego.

Jugar no es sólo bueno, es además mucho mejor que hincar los codos. Tras décadas de investigación, los especialista en desarrollo infantil han llegado a una conclusión: el juego es el mejor método para que los niños aprendan. Además de desmontar los mitos que ha difundido la industria del aprendizaje acelerado y las modas de hiperestimulación, este libro aporta a padres y educadores una guía práctica para enseñar conceptos complejos mediante juegos inteligentes, sencillos y llenos de amor



Hirsh Pasek, Kathy


Editorial Ediciones Martínez Roca, S.A.

¿Y dónde ha quedado el juego? ¡Relegado a la categoría de palabra de cinco letras! En 1981 el típico niño en edad escolar disponía de casi el 40 por ciento de su tiempo para jugar. En 1997 el tiempo reservado al juego había disminuido a un 25 por ciento. Es más: el 40 por ciento de los distritos escolares de Estados Unidos ha llegado a eliminar el rato del recreo.


Junto a las presiones que supone verse inmersos en una agenda diaria repleta de actividades, los niños están además padeciendo una forma nueva de «inflación de curso», es decir, lo que tradicionalmente se enseñaba en determinado curso debe aprenderse ahora en el curso anterior. Por ejemplo, solía empezarse con la lectura en 1.º. Sin embargo, ahora, y cada vez más, se enseña a leer en jardín de infancia y en preescolar. Y muchos distritos escolares se están planteando la posibilidad de considerar la lectura como un requisito para poder entrar en jardín de infancia (a pesar de que la mayoría de los expertos infantiles están de acuerdo con que en preescolar y jardín de infancia es mejor dedicar el tiempo a juegos prácticos y al desarrollo de las relaciones sociales).

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